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Señoras y señores accionistas:

Al momento de presentarles esta Memoria y los Estados Financieros Consolidados de Quiñenco S.A. correspondientes al ejercicio 2019, una pandemia de consecuencias aún inciertas golpea a Chile y al mundo.

Estamos ante una amenaza para la vida, el progreso humano y la economía global. Un mal que, para ser derrotado, requiere de mucha unidad, compromiso y liderazgo. Como planteó recientemente el historiador y filósofo Yuval Noah Harari, para vencer una epidemia, las personas deben confiar en los científicos, los ciudadanos deben confiar en las autoridades y los países deben confiar entre sí. Y, lamentablemente, esta emergencia sanitaria nos sorprende en plena escasez de confianza.

Pienso que es hora de que volvamos a confiar. Es hora de reencontrarnos en paz y unirnos contra un virus cuya derrota exige que actuemos juntos. Es hora de seguir las recomendaciones de las autoridades sanitarias y el juicio técnico de los especialistas y trabajadores de la salud. Respetemos y apoyemos hoy a quienes tienen la responsabilidad de guiarnos en esta adversidad, más allá de las opiniones que cada uno pueda tener. Esta causa requiere disciplina, sacrificio y un gran espíritu solidario de todos.

Hoy valoramos más que nunca los tiempos en que podíamos estar junto a nuestros seres queridos, sin limitaciones físicas, darnos un abrazo, un apretón de manos, estar más cerca. Volver a encontrarnos nos exige mayor generosidad y gran disposición a entendernos, a resolver nuestras diferencias y dejas atrás lo que nos divide.

A Chile, en particular, el Covid-19 llegó tras casi cinco meses de una crisis social sin precedentes en los últimos 30 años, con una violencia descontrolada, inusitada y una polarización muy dañina. Paralelamente, se expresaron con fuerza demandas sociales, mayoritariamente legítimas y relevantes, desatendidas durante muchos años. La pandemia nos encontró especialmente débiles como país y como sociedad, lo que nos exige actuar con mayor energía y cohesión.

Los efectos de ambos fenómenos aún son inciertos y el futuro inmediato se prevé sombrío, aunque tengo la esperanza de que, redoblando los esfuerzos, podamos volver a ponernos de pie. Nuestro desafío, como empresa, parte por cuidar a todos quienes trabajan en nuestras compañías. Por ello, desde el inicio de esta crisis, en Quiñenco nos fijamos como prioridad el resguardar la vida de las personas. Al mismo tiempo, nos propusimos mantener nuestras actividades en marcha, para contribuir a que la economía del país siga en movimiento, sin afectar la cadena de suministros.

Con esa convicción, hemos desplegado, desde el inicio de la emergencia sanitaria, múltiples iniciativas. Así como en octubre de 2019, en medio de la crisis social, definimos que ningún colaborador directo de nuestras filiales en Chile recibiera un ingreso mensual bruto menor a 500 mil pesos, hace algunas semanas nos comprometimos con una política de cero despidos por cuatro meses, para que los trabajadores directos de nuestras filiales en Chile tengan mayores certezas para enfrentar esta emergencia.

Nuestras empresas operativas han implementado estrictos controles y medidas de higienización, han facilitado la distancia social en sus instalaciones, han buscado con ímpetu alternativas para ir en apoyo de sus clientes ante esta adversidad, y han colaborado activamente con la autoridad en la lucha contra el virus. Incluso, han innovado para ayudar al personal de la salud pública con insumos, como el alcohol gel que CCU está produciendo a partir de sus procesos industriales y entregando gratuitamente para hospitales y consultorios del país.

Quizás una lección que podremos sacar después de esta dramática crisis, es que el teletrabajo, además de ser una modalidad efectiva para continuar con nuestras actividades, ha demostrado ser una alternativa concreta para ofrecer a nuestros colaboradores una mejor calidad de vida, más compatible y equilibrada entre familia y jornada laboral, menos sometida a largos tiempos de desplazamiento. En Quiñenco y sus empresas, asumiremos el compromiso de seguir avanzando en el teletrabajo y en todas aquellas fórmulas que nos permitan mejorar la calidad de vida de nuestros colaboradores, manteniendo la sostenibilidad, productividad y eficacia de nuestras actividades.

En momentos como estos, en que los mercados se tienden a paralizar y el crecimiento del mundo se contrae, cobra mayor relevancia una premisa básica que a veces se olvida o se minimiza. Las empresas deben ser económicamente sostenibles y rentables, para continuar ofreciendo empleo, bienes y servicios de calidad, e impulsando el progreso y bienestar de sus trabajadores, sus familias y de todas las personas con las que se vinculan.

En esa ruta, puedo decir que, gracias a la estrategia de largo plazo que hemos desplegado, Quiñenco se encuentra en una sólida posición para responder a la difícil coyuntura que vivimos hoy.

En materia de resultados, al 31 de diciembre de 2019, la compañía obtuvo una utilidad de $210.049 millones, un 16,4% superior al año anterior. En las siguientes páginas ustedes encontrarán todo el detalle de nuestro desempeño y quisiera destacar aquí dos hitos de este periodo.

El buen rendimiento de Hapag-Lloyd, naviera alemana de la que hoy somos uno de los principales accionistas a través de Compañía Sudamericana de Vapores (CSAV), la que, cuando ingresamos, en 2011, pasaba por la peor crisis de solvencia de su centenaria historia. En 2019, CSAV llegó casi al 30% de la propiedad de Hapag-Lloyd, que reportó una ganancia neta de US$405 millones y un EBITDA de US$2.223 millones.

También quisiera volver a destacar el fin de la deuda subordinada con el Banco Central de Chile. En abril de 2019, 17 años antes del plazo original, SAOS, filial de SM Chile, Sociedad Matriz del Banco de Chile, pagó la última cuota de esta obligación. Es frecuente encontrarse con opiniones desinformadas que hablan erradamente de una operación sin costo, por lo que vale la pena recordar que dicha deuda fue suscrita por los antiguos controladores del Banco de Chile, por un total de UF 56 millones, en 1996, a 40 años, y con un costo de UF+5% de interés. Su pago adelantado requirió un gran esfuerzo de todos los equipos del Banco de Chile, que le han dado a la institución una consistente trayectoria de responsabilidad, prudencia y rentabilidad.

Que en Quiñenco tengamos una buena base para enfrentar el complejo panorama que vive la economía mundial, es solo posible gracias a la colaboración fundamental de todas y cada una de las personas que trabajan con fuerza, dedicación y energía por hacer empresa junto a nosotros. Son ellas las que están en el centro de nuestras preocupaciones y actividades.

Tengamos plena conciencia de que, para salir de esta crisis, necesitamos ser todos responsables y solidarios. Juntos y unidos. Esa es la única manera en que podremos salir fortalecidos como país. Tengo la esperanza de que al final de este camino lleno de obstáculos, seremos capaces de reencontrarnos. De redescubrir a los demás, de valorar la diversidad de opinión, reconocer genuinamente las buenas intenciones e iniciativas, y dejar de lado de una vez por todas los prejuicios que tanto daño nos han hecho como sociedad.

En nuestro caso, haremos también todo lo necesario para contribuir a la recuperación del dinamismo y seguir avanzando juntos por un camino de progreso y bienestar para todos.

Cuidémonos entre todos para así cuidar a Chile.

 

Andrónico Luksic Craig
Presidente de Quiñenco S.A.
Abril 2020

 

REVISA EN ESTE LINK LA CARTA PUBLICADA EN LA MEMORIA DE QUIÑENCO